Presente y futuro están condicionados por el uso que hagamos de la tecnología disponible en cada momento: nuestras habilidades, conocimientos y destrezas determinará el grado de éxito que tengamos; al menos, esto es así en la esfera profesional y empresarial.
La tecnología debe ser vista como una herramienta integradora y facilitadora. Nos permite enfrentar empresas más complejas, de mayor interés para el mercado. Competir de tú a tú con nuestros rivales, a la vez que ofertamos productos y servicios novedosos, innovadores y prácticos.
En los estudios de mercado, el uso de la tecnología amplifica el trabajo realizado hasta el momento, con la posibilidad de contar con recursos y datos relevantes, que nos ayudan a ser más precisos en nuestros resultados.
En ese océano de posibilidades que brinda la tecnología, destacan dos que muchas veces se confunden: el Big Data y el Data Analytics.
La primera de ellas, el Big Data, se refiere al manejo de una ingente cantidad de datos que son procesados de manera automática, echando mano de herramientas y experiencias específicas que nos permitan obtener esos datos, filtrar, clasificar y reutilizar con unos fines determinados. Debemos tener en cuenta que, estos datos, tienen unas características que incluyen lo que se ha denominado las 4V del Big Data: Volumen, Velocidad, Variedad y Veracidad; por lo que su tratamiento es complicado.
En cuanto al uso de Data Analytics, o analítica de datos, es una técnica que nos permite sacar partido a esos datos obtenidos con los procesos anteriormente señalados. El análisis de datos busca determinar cuáles son los patrones que originan causalidad, establecer estándares que nos permitan inferir principios o establecer conclusiones en nuestro estudio.
A través del análisis de datos podemos establecer, entre otras muchas, algunas de las siguientes técnicas:
- Verificar la relación existente entre dos variables, cuantitativas, diferentes. Se trata del análisis de correlaciones, vinculado al campo de la estadística.
- El análisis de escenarios nos permite afrontar la evolución de una determinada cuestión desde perspectivas diferenciadas, de manera que obtengamos resultados distintos.
- Cuando queremos observar cómo afecta una variable independiente el comportamiento de una variable dependiente, con técnicas de análisis de regresión.
- La elaboración de gráficos e infografías que faciliten el conocimiento del escenario estudiado. Nos ayuda a simplificar y asimilar informaciones compuestas de grandes volúmenes de datos.
- Calcular el riesgo en la toma de decisiones, utilizando simulaciones probabilísticas, como el método de Monte Carlo, que utiliza pruebas aleatorias repetidas para la resolución de problemas.
- En los últimos tiempos, el análisis de redes neuronales, en donde se simula cómo aprende un cerebro humano y que permite implementar los resultados obtenidos en máquinas que operen con decisiones inteligentes artificiales.
En definitiva, un conjunto de técnicas, métodos y herramientas que facilitan el trabajo del investigador y la realización de estudios de mercado, haciendo que los resultados sean cada vez más precisos, útiles y rentables para los intereses del cliente.
La tecnología ya existe, aprovechémosla.