La invasión de la telefonía inteligente en nuestro día a día durante los últimos años ha provocado que cada vez un mayor número de consumidores se vean interrumpidos por las redes sociales, correos electrónicos y otras APP relevantes (y algunas no tanto). En los mercados en desarrollo la dependencia de Internet es, en gran medida, el origen de unos elevados índices de estrés en la población. Ante este panorama, ¿cómo puede encontrar el consumidor felicidad, tiempo libre y éxito personal y profesional?
Esta es la pregunta a la que la industria móvil necesita dar respuesta para seguir creciendo y mejorar el bienestar del consumidor sin eliminar de sus vidas la tecnología que tanto amor y odio genera en la sociedad (casi a partes iguales). Según aseveran los estudios de mercado, la tendencia actual del consumidor dibuja un alejamiento parcial de la tecnología para recuperar otras actividades (casi olvidadas) de ámbito personal y familiar.
Este enfoque más reflexivo e individual de lo que se necesita para relajarse y disfrutar de la vida real fuera del trabajo implica que los consumidores estén cambiando su papel en las redes sociales: ya no son seguidores puros, y ya no se sienten obligados a estar en línea permanentemente. Más bien, se están convirtiendo en usuarios proactivos de la información y la comunicación para alcanzar hitos personales específicos; buscan sentirse libres para desconectarse y volver a ‘enchufarse’ cuando lo necesiten o deseen.
La industria móvil trabaja ya para lograr un equilibrio a través de herramientas de bienestar digital que fomenten una relación saludable entre el consumidor y su terminal móvil:
- Facilidades para la desconexión: a través de informaciones que ayuden a reflexionar sobre el uso que hace el consumidor de su teléfono y su comportamiento digital. Existen herramientas de desconexión como el tablero de control de bienestar digital (Android 9) o el perfil de tiempo observado de YouTube.
- Eliminación de tentaciones para volver a participar: agregando pasos adicionales como un temporizador de aplicaciones.
- Facilidad de desconexión parcial: por ejemplo, manteniendo las funciones esenciales del teléfono disponibles, al mismo tiempo que se restringen otras aplicaciones.
Nuestros terminales móviles nos ofrecen infinidad de opciones atractivas a explorar y resultan necesarios para trabajar y mantener activa nuestra ‘social life’, por lo que es complicado romper con este hábito de consumo. Si bien es cierto que debemos encontrar un equilibrio que nos libere de la ‘prisión’ en que se ha convertido para muchos de nosotros el estar disponible todo el día, responder con celeridad a los mensajes, atender debidamente nuestros perfiles en redes sociales, etc.
Es el momento de preguntarnos, ¿a quién no le ha generado un pico de estrés el hecho de olvidarse el teléfono en casa alguna vez durante una jornada de trabajo o el quedarse desconectado sin batería? Todos somos conscientes de la situación de dependencia que vivimos y, en ocasiones, tratamos de hacer lo posible por salir de ella. La industria lo sabe, nosotros lo sabemos y ya se están dando algunos pasos para buscar soluciones que nos permitan lograr ese ansiado equilibrio entre nuestro perfil humano y virtual.