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Cómo podemos posicionar nuestro producto en un Marketplace

Cómo podemos posicionar nuestro producto en un Marketplace

La llegada de internet, a manos de su creador Tim Berners-Lee, lo revolucionó todo, no solo por el sinfín de oportunidades que el nuevo canal -surgido a principios de la década de los ochenta- suponía para la transmisión de información y, por ende, para la compartición del conocimiento, sino también por el potencial que aportaba para las empresas: un magnífico escaparate para mostrar sus productos y servicios a una cantidad ingente de consumidores y, en la actualidad, el medio más efectivo para su venta.

Al principio, como todas las cosas nuevas, el medio causó suspicacia entre unos y otros, posicionándose a favor o en contra según fuera el grado de atrevimiento o la capacidad visionaria de los neófitos internautas. Pero pronto, el desarrollo de internet fue exponencial, tanto en innovación tecnológica como en la generación de contenidos y oportunidades de negocio que surgieron a su vera. En esa vorágine de webs, aplicativos y funcionalidades, y a medida que las empresas más tradicionales y consumidores más reticentes comenzaban a conocer, y probar, los beneficios que la red de redes aportaba, la contienda por hacerse con un lugar visible se hizo encarnizada.

Surgió, entonces, el posicionamiento llamado orgánico, más conocido por sus siglas en inglés (SEO) o Search Engine Optimization, que clasificaba los sitios en función de unos criterios desconocidos por el común de los mortales, y cuyos cálculos estaban inexorablemente ligados a un complicado algoritmo integrado en buscadores tan entrañables como Yahoo, AltaVista, WebCrawler o Lycos. Y, como no, Google, que, con las actualizaciones periódicas de su buscador, convirtió el posicionamiento en una necesidad imperiosa para todo aquel que quisiese destacar entre los cientos de miles de páginas existentes -actualmente se calcula que hay unos 1.700 millones de webs indexadas-.

El marketing no podía hacer oídos sordos a esta nueva realidad y en seguida entendió que la lucha por la comercialización de los productos sería online o no sería. Comenzaron a aparecer perfiles especializados y tendencias desconocidas hasta el momento que evolucionaban según lo hacía el medio digital en el que transitaban. Y, entre todas, las técnicas de posicionamiento se hicieron con un papel destacado: destacar por encima de nuestros competidores, situar mi web en las primeras posiciones de los buscadores (Google); trabajar el SEO on page, introduciendo palabras clave -metakeys-, controlando la densidad de las palabras, cumplimentando labels, integrando hipervínculos internos y externos a webs con una autoridad alta, y un largo etcétera de acciones vinculadas al marketing de contenidos, con las que se quería ganar el beneplácito de los robots de búsqueda.

Pero como nada es para siempre, en esta frenética evolución, en donde la web informativa primigenia transmutó a plataforma de ecommerce -que incluso llegó a cerrar numerosas tiendas físicas-, también perdió fuelle para dar paso a plataformas integrales de venta de productos: los Marketplaces.

¿Quién no ha oído hablar de un gigante como Amazon? Esta titánica tienda virtual movió en 2017 más de 5.000 millones de productos, y la cifra sigue creciendo. Además, más de la mitad de los productos vendidos provenían de “third-party Sellers”, encabezados por pymes. Este nuevo modelo de comercialización online se reinventa cada minuto, atendiendo -y generando- las demandas de un mercado cada vez más globalizado.

Pero, ahora que ya sabemos cuáles son las bondades de internet, tenemos nuestra web de comercio electrónico y hemos aprendido a vender a través de los principales Marketplaces… ¿cómo podemos posicionar nuestros productos en estas nuevas plataformas? La respuesta, en el próximo post.

 

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